¿Qué es la educación?
La educación es un proceso humano y cultural complejo. Para establecer su propósito y su definición es necesario considerar la condición y naturaleza del hombre y de la cultura en su conjunto, en su totalidad, para lo cual cada particularidad tiene sentido por su vinculación e interdependencia con las demás y con el conjunto.
La educación es un todo individual y supraindividual. Es dinámica y tiende a perpetuarse mediante una fuerza inertica extraña. Pero también está expuesta a cambios drásticos, a veces traumáticos y a momentos de crisis y confusiones, cuando muy pocos saben que hacer; provenientes de contradicciones, inadecuaciones, decisiones casuísticas y desacertadas, catástrofes, cambios drásticos. Es bueno saber que la educación cambia porque el tiempo así lo dispone, porque ella deviene. Ella misma se altera, cambia y se mueve de manera continua y a veces discontinua; crece y decrece, puede venir a ser y dejar de ser. La precariedad y vulnerabilidad de la educación son reflejos de la debilidad, finitud y fragilidad del ser humano.
La educación siempre está expuesta a ser desarticulada, desmantelada, destruida y el ser humano a quedarse solo, desprotegido y dueño solitario de su angustia radical, en tanto que lleva la responsabilidad del mundo con él. Quien tiene la suerte de una educación estable, sólida, protegida y solvente, es envidiado y deseado. Sin embargo, no dejará de preguntarse, en algún momento de tranquilidad y lucidez, confrontándose consigo mismo, sobre la casualidad de su paradójica formación, impregnada de todo tipo de vacíos, debilidades y riesgos, de todo tipo de incompletaciones.
La condición de la educación del hombre es especialmente incómoda porque a menudo está sometida a la coerción y obligatoriedad, a las expectativas de otros, demanda esfuerzo consciente disciplinado, requiere trabajo y desvelo permanentes.
La educación busca la perfección y la seguridad del ser humano. Es una forma de ser libre. Así como la verdad, la educación nos hace libres. De allí la antinomia más intrincada de la educación: la educación busca asegurarle libertad al hombre, pero la educación demanda disciplina, sometimiento, conducción, y se guía bajo signos de obligatoriedad y a veces de autoritarismo, firmeza y direccionalidad. Libertad limitada.
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